50 años haciendo escuela / Joaquín Algranti, Karina Ciolli, Germán Quaranta y Patricia Ventrici

El eje “Haciendo escuela” tiene el propósito de exponer y visibilizar las diversas experiencias formativas desarrolladas institucionalmente a lo largo de la historia del CEIL. La institución tiene una larga trayectoria en el desarrollo formativo de varias generaciones de investigadorxs como marca distintiva. Destacamos la extensa trayectoria en el campo de las metodologías cualitativas: las múltiples instancias de encuentros sistemáticos desde mediados de los años 1970 han permitido consolidar a lo largo de la historia institucional un seminario de métodos cualitativos que ha formado generaciones de investigadores/as. Este seminario intensivo contribuyó a la formación metodológica, pero también epistemológica, de becarixs y estudiantes de posgrado en el CEIL y en múltiples instituciones. En este espacio de formación se aportaron los fundamentos y las técnicas necesarias para el diseño de investigaciones cualitativas rigurosas y reflexivas.

Por otro lado, el CEIL históricamente ha establecido diversos vínculos con universidades y centros de investigación locales e internacionales, que le permitieron fortalecer y extender algunas de sus líneas de investigación. Ejemplos de esta práctica de articulación para la formación son la creación en el año 1992 de la Maestría en Ciencias Sociales del Trabajo en la Universidad de Buenos Aires, desde hace varios años con sede en la Facultad de Ciencias Sociales y los convenios con la Maestría en Estudios Latinoamericanos del Trabajo en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y con el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Villa María (Córdoba).

Las estancias de investigación –tanto en la recepción de investigadorxs de universidades de diferentes países latinoamericanos, europeos y asiáticos, como en las gestiones para la estancia de investigadorxs de otros países constituyen otras de las vías formativas que enriquecen las relaciones institucionales y las líneas de trabajo.

Cabe destacar, asimismo, la importancia crucial que tienen las instancias cotidianas de interacción producto de las charlas, los encuentros, las afinidades intelectuales y sociales que suscita el hecho de habitar una misma institución. En este sentido, el pasillo, la cocina, los almuerzos, la entrada y la salida son escenarios fugaces que contribuyen a la formación académica a través de la trasmisión de experiencias biográficas. En más de un sentido, la memoria colectiva del CEIL se construye y acumula en estos intersticios.

La inserción del CEIL en un conjunto diverso de redes formales e informales, junto con la generación de espacios propios de formación de carácter formal e informal, hicieron posible que en estos 50 años el centro se consolide como una referencia institucional ineludible en términos de formación de becarixs, profesionales y técnicos de la carrera de Personal de Apoyo y del sistema de contrataciones del Estado, e investigadorxs en el campo de las ciencias sociales en nuestro país.