Debate por el aborto legal: los significados sociales de los no nacidos / Gabriela Irrazábal

En estas semanas nuestro país ha comenzado a discutir el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. Esta situación provocó la reacción de grupos de la sociedad civil movilizados alrededor de esta temática. Quienes se manifiestan a favor de la legalización del aborto realizaron manifestaciones públicas frente al Congreso Nacional y quienes se manifiestan en contra de la legalización del aborto se expresaron en el espacio público de manera contundente: llevaron en alzas un muñeco de un feto gigante femenino llamado Alma desde Plaza Italia hasta la Facultad de Derecho, en una de las conmemoraciones del día del niño por nacer (establecido por decreto- ley nacional desde 1997 el día 25 de marzo) más masivas de los últimos años. El día del niño por nacer conmemora en el calendario de efemérides argentinas a la concepción de Jesús en el vientre de la Virgen María, 9 meses antes del nacimiento del niño en Navidad. En el último año también se ha hecho conocida la imagen del “bebito” (un feto pequeñito) que distribuye la hija del ex-ministro de justicia de la última dictadura militar. Y también el títere Dondo, una exitosa obra de teatro de títeres para niños en la calle Corrientes, cuenta como realiza un viaje “desde el útero a la cunita del cuarto” ¿Cómo y desde cuando circulan en Buenos Aires imágenes de fetos gigantes o pequeños, en 2D, 3D, como muñecos y/o pósters, cómo obras de teatro para niños de jardín de infantes, cómo fotografías en las billeteras de las personas gestantes?

Este interrogante lo venimos trabajando desde hace un año en el Grupo de Trabajo sobre los significados y creencias sobre los no nacidos en Iberoamérica en el marco de la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del Mercosur. Encontramos símbolos y creencias compartidas los países iberoamericanos y algunos trabajos que nos ayudan a interpretarlos, a continuación menciono algunos.

Sasson y Law sostienen que la imagen del feto representa “la experiencia universal de (nuestra) vulnerabilidad”. La historiadora Sara Dubow afirma que la imagen del feto es un espejo en el cual las sociedades reflejan sus más profundas presunciones, emociones y ansiedades, y traza una genealogía de nuestra relación con los fetos en etapas, desde 1870 hasta mediados de 2000: el descubrimiento de su vida, la interpretación de sus cuerpos, el debate sobre la personalidad, la defensa y la protección de los derechos fetales, políticas públicas de cuidados durante el embarazo y el descubrimiento del dolor fetal (1984 a mediados de 2000). Agrego a esta periodización, siguiendo a Dominique Memmi, el duelo fetal (actualmente llamado duelo gestacional) a partir de la década de 1990, consolidándose una particular biopolítica de los cuerpos. Para la consolidación de estas imágenes y representaciones han influido distintos actores y, como afirma Lynn Morgan, la embriología ha desarrollado una narrativa que, basada en la biología, nos provee certezas sobre nuestro propio origen y desarrollo. La representación “venimos de embriones”, hoy hegemónica, toma su sustento del campo científico (la embriología, la obstetricia, la genética) y se potencia con la injerencia de empresas multinacionales dedicadas a ofrecer imágenes sobre los fetos. De esta manera nos encontramos re-definiendo las características del proceso de hominización. Tal como afirma Julie Roberts, con la difusión de imaginería científica a partir del desarrollo de tecnologías 3D/4D para los ultrasonidos se provee una representación realista del feto que transforma no solo la experiencia del embarazo sino también la comprensión pública de la existencia fetal y las retóricas en el debate sobre el aborto.

En definitiva, cuando se discute sobre el aborto se discute sobre qué tipo de sociedad queremos ser y confluyen en el debate público distintas posiciones, coexistiendo también diferentes significados sobre los no nacidos. En un futuro imaginario ¿quiénes nacerán y qué características fenotípicas tendrán en la era del biocapitalismo[1]?Historizar la construcción de imágenes en torno a los no nacidos resulta central, porque nos recuerda que es un significado contingente, socialmente construido y que varía en el tiempo y entre culturas.

Los invito a leer el reciente artículo publicado en conjunto con Karina Felitti, “Los no nacidos y las mujeres que los gestaban: significaciones, prácticas políticas y rituales en Buenos Aires” (Revista de Estudios Sociales, n° 64, 2018 https://doi.org/10.7440/res64.2018.10), en el que sintetizamos y reflexionamos sobre estas cuestiones tomando como referentes empíricos un círculo de mujeres ligado a la espiritualidad “Nueva Era”, en el que mujeres que interrumpieron voluntariamente embarazos realizaban rituales de duelo y despedida y una asociación de madres y padres que perdieron embarazos y se encontraban reclamando al Congreso Nacional por una ley para poner nombre a sus hijos fallecidos en el vientre materno.

 



[1] Rose, N. (2008). The Value of Life: Somatic Ethics & the Spirit of Biocapital. Daedalus, 137(1), 36-48