Las centrales sindicales ante gobiernos neodesarrollistas: un análisis a partir de las políticas de salario mínimo en Argentina (2003-2011) y Brasil (2002-2010) / Bruno Dobrusin

La tesis compara las relaciones entre las dos principales centrales sindicales de los gobiernos neodesarrollistas en Argentina y Brasil durante la primera década de los 2000. La comparación está estructurada a partir del análisis de las políticas de salario mínimo en ambos países, siendo estas un articulador central entre las dos principales organizaciones obreras—la Confederación General del Trabajo en Argentina y la Central Única dos Trabalhadores en Brasil—y los respectivos gobiernos. Desde el 2002 en adelante comienza en Argentina y Brasil un proceso de cuestionamiento respecto a las políticas neoliberales que predominaron durante la década previa. La tesis se desarrolla bajo la hipótesis que las centrales sindicales fueron artífices necesarias, a partir de su participación y movilización, del proceso de cambio político, económico y social, sin lograr tener un rol determinante para producir cambios estructurales durante los gobiernos del Frente para la Victoria en Argentina y del Partido dos Trabalhadores en Brasil. La baja movilización a nivel de las centrales, sumada a la falta de confrontación directa con los empresarios—y el estancamiento de la organización al interior de las empresas—dejaron a las centrales sin el rol fundamental de capacidad de movilización y presión sobre el empresariado, que a su vez tornaba importante para que los gobiernos neodesarrollistas avancen en políticas que confronten con el legado neoliberal. La continuidad de elementos estructurales relacionados con el mundo sindical como la permanencia de altos niveles de informalidad, la extensión de la tercerización y la precarización laboral, así como la concentración y transnacionalización de la economía dejan al sindicalismo en una posición de revitalización inestable, ya que los avances logrados durante la etapa neodesarrollista no están garantizados en el corto y mediano plazo, mientras que las limitaciones introducidas en la etapa neoliberal no fueron revertidas en su totalidad. La centralidad en esta tesis, tomando el caso de las políticas de salario mínimo en ambos países, no es sobre el rol excluyente de los gobiernos sino los posicionamientos sindicales y el papel que las centrales, como representantes federales del sindicalismo, jugaron en el proceso. El análisis sobre las limitaciones y contradicciones de los neodesarrollismos tienen necesariamente  a interpelar a uno de los actores sociales centrales en ese proceso, el sindicalismo, y no limitarse a los análisis del accionar estatal.

 

Esta tesis se articula en torno a la pregunta-problema ¿cómo se caracteriza la relación de las centrales sindicales en Argentina y Brasil con los gobiernos del Frente Para la Victoria y el Partido de los Trabajadores? A partir de este interrogante se analiza el rol que tuvieron las centrales sindicales en los gobiernos neodesarrollistas, visto desde la perspectiva de su relación con estos gobiernos. Las políticas de salario mínimo llevadas adelante por ambos gobiernos permiten enfocar esta caracterización dado que es una política común a los dos países, articulada con las centrales sindicales y que marca una diferencia de orientación socio-económica con el proceso previo de gobiernos neoliberales. A su vez, una política nacional de salario mínimo es un elemento esencial en las estrategias para la disminución de las desigualdades dentro de la sociedad y al interior del movimiento obrero a partir de la valorización del ingreso de quienes se encuentran en la base de la pirámide social. La implementación de éstas políticas plantea un rol diferente, más activo respecto al estado, la sociedad y el empresariado, por parte del movimiento sindical. El análisis de este factor de relación institucional está complementado por la dinámica de relaciones dentro de otras instituciones de gobierno así como también por fuera de éstas. La tesis incorpora variables relevantes del contexto laboral del período, tales como: datos de mercado de trabajo (número de convenciones colectivas firmadas; informalidad laboral; desempleo; evolución del salario real); nivel de conflictividad (huelgas generales y locales); cambios en la legislación laboral; densidad sindical; participación en política partidaria (número de parlamentarios de origen sindical, incidencia en ministerios y otros cargos públicos); conflictividad interna (relación dirigencia-comisiones internas); tradición sindical histórica de los principales dirigentes. Estas variables permiten confeccionar un conjunto de datos que complementan el análisis en profundidad sobre las dinámicas de negociación e implementación del salario mínimo en ambos países.

 

El estudio de la actuación de las centrales sindicales dentro de los consejos de salario mínimo permite caracterizar el rol del movimiento obrero organizado —a través de las respectivas centrales sindicales mayoritarias— en los procesos de transición entre políticas neoliberales y las que llamamos, recuperando la producción académica específica, como neodesarrollistas (Bresser Pereira 2012; Boito Jr 2012; Feliz 2014). El protagonismo volátil de las centrales sindicales explica, en parte, la falta de profundización de los procesos políticos hacia cambios estructurales y la continuidad de procesos de apropiación de renta, como la precarización laboral, promovidos durante la etapa neoliberal.

 

La referencia a las dos principales centrales sindicales, una de cada país, tiene como objetivo centralizar el análisis en las organizaciones de mayor representatividad e impacto político del movimiento obrero. La CGT en Argentina es la central ampliamente mayoritaria, y la única con presencia en todos los sectores económicos. Durante el kirchnerismo, la CGT fue parte del bloque de poder, retomando una alianza corporativa clásica en el peronismo. La CTA, central alternativa creada durante los años 90, tiene un papel político relevante pero no incide en la economía nacional a partir de su poder sindical. Su participación en instancias de gobierno generaron además una parálisis interna a partir de 2006, profundizada con la ruptura en las elecciones de 2010. La CGT no dejó de ser el principal aliado directo del gobierno en el campo sindical, aunque por momentos compartió espacios con la CTA. En el caso de Brasil, el foco de estudio en la CUT también se debe a que ésta es la única central nacional, con presencia en todos los estados y sectores económicos, y que representa a más del 35% de los trabajadores sindicalizados. La CUT fue además la aliada preferencial de los gobiernos de Lula, tanto en la participación dentro de las estructuras de los aparatos estatales, como en la realización de políticas públicas. El salario mínimo en Brasil es impulsado en campañas de la CUT, luego defendido por un Ministro de Trabajo de origen cutista y por un senador de la misma base. La centralización en estos dos actores tiene también una explicación metodológica, ya que se busca estudiar con mayor precisión a dos actores centrales, y profundizar la visión de cada una. Esto no significa que otras organizaciones relevantes en los debates político-sindicales no son analizadas, tales como Forza Sindical en Brasil y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) en Argentina; pero no serán parte del relevamiento empírico en relación al aspecto del tratamiento del salario mínimo. CTA en Argentina; Força Sindical, UGT y CTB en Brasil fueron actores importantes en los procesos neodesarrollistas, pero no se conformaron como la principal base aliada de los gobiernos. Su incidencia no se niega, y en diversos momentos de la tesis abundan las referencias a las mismas. Aun así, no son consideradas objeto central de estudio de la tesis.  A su vez, también se produce un recorte respecto a los gobiernos, al centrarse en el ejecutivo nacional, dejando de lado otras instancias estatales como los municipios, las provincias—para el caso de Argentina—, los estados para Brasil y el poder judicial.

 

La tesis realiza un recorte temporal en base al momento histórico que se busca analizar. La intención central de esta investigación es analizar las relaciones entre las centrales sindicales y los gobiernos neodesarrollistas en su momento de mayor participación e incidencia, para así poder reflexionar sobre el rol sindical en los procesos neodesarrollistas durante su etapa de auge. Las políticas de salario mínimo sirven como referencia, y el recorte temporal está directamente relacionado con el desarrollo de esa política. La relación entre el sindicalismo nucleado en la CGT con los gobiernos kirchneristas fue mutando de una alianza fundamental durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y el primer mandato de Cristina Kirchner (2007-2011) hacia una posición de tensión y alejamiento durante el segundo mandato de Cristina Kirchner (2011-2015). Esto se reproduce en las políticas de salario mínimo, donde el Consejo de Salarios tiene una caída en la intensidad de los debates a partir de la reelección de Cristina,  también reforzada por un estancamiento en la tasa de incremento real que venía teniendo esa remuneración. La disputa entre el kirchnerismo y  una parte importante del sindicalismo, otrora aliada, está también evidenciada en el resurgir de los paros generales a partir de 2012. En el caso de Brasil, el auge de la relación gobierno-centrales sindicales se da especialmente durante los dos mandatos de Lula da Silva (2002-2010), lo cual tiene también una réplica en el mayor aumento del salario mínimo. La llegada de Dilma Rousseff al gobierno tensa la relación con los sindicatos, y en especial con la principal base aliada, la CUT, que se muestra en desacuerdo con diferentes medidas económicas. La aprobación de la ley de salario mínimo a comienzos del gobierno Dilma es la conclusión del proceso previo de avance y la formalización de una política establecida en 2007. El distanciamiento de la CUT está también influenciado por la merma económica con los gobiernos Dilma, representado en el caso del salario mínimo con una reducción a la mitad del promedio de aumento real en relación a los gobiernos de Lula. Para suplir las ausencias de no tomar la totalidad de los gobiernos neodesarrollistas, la tesis incorpora un ‘Epílogo’ a modo de explicación de los procesos políticos posteriores al corte temporal. Esa sección cumple con el objetivo de complementar el análisis central, sin ser parte del momento principal a ser estudiado.

 

El marco de análisis específico sobre esta relación sindicalismo-gobiernos en Argentina y Brasil es ampliado por un análisis macro sobre los procesos de cambio, el rol sindical, y las continuidades y rupturas respecto al neoliberalismo. Los debates al respecto afloraron en América Latina, en péndulo entre percepciones críticas de los diferentes procesos (Svampa 2013; Modonesi 2013) y posiciones favorables a los cambios (Linera 2008; Sader 2011). Una parte central de estos debates es el grado de cambio respecto a los gobiernos neoliberales y la problematización de la relación entre los movimientos populares -tanto sindicales como movimientos sociales- con los gobiernos. Este trabajo se inserta en estos debates recientes desde una mirada específica pero retomando líneas conceptuales que plantean los autores nombrados. Para extender a una mirada más global el marco teórico planteado anteriormente, el proyecto recupera los aportes Karl Polanyi y Antonio Gramsci. Gramsci (1948) en cuanto plantea que es también dentro de la sociedad civil desde donde puede nacer el momento para presentar una contra-hegemonía a ideas y políticas dominantes. En el contexto del planteo de Gramsci, los movimientos de trabajadores tienen la posibilidad de presentar una alternativa que confronte con una idea dominante. En el caso de este proyecto, la idea hegemónica previa es el neoliberalismo, que más allá de haber sido rechazado como modelo económico por los nuevos gobiernos sudamericanos, aún tiene injerencia en estructuras socioeconómicas de los países. En este contexto, la participación de los sindicatos es un hecho relevante en la confrontación de esa hegemonía –neoliberal- al conjunto de la sociedad para así crear un movimiento contra-hegemónico.