Apuestas representativas y estrategias políticas: los evangélicos y la esfera partidaria en el AMBA. 2001-2011

Marcos Andrés Carbonelli

Los vasos comunicantes entre las esferas políticas y religiosas en Argentina han sido explorados por una vasta literatura, centrada particularmente en el rol histórico del catolicismo como matriz de sentido de proyectos políticos diversos. Los procesos de recomposición del espacio religioso y su consiguiente pluralización motivaron la emergencia de estudios orientados hacia nuevos formatos de religión pública, en particular los posicionamientos políticos evangélicos. En la década del noventa, dichos posicionamientos se desdoblaron en la movilización por una nueva ley de cultos y en la constitución de partidos confesionales.

La participación política de actores evangélicos en el período 2001-2011 se distanció de estas variantes y presentó la novedad de su dispersión al interior del espectro partidario. Articulando la escenificación de la identidad religiosa con el diálogo con agencias y tradiciones políticas, las participaciones evangélicas en el presente milenio se destacaron por el diseño de apuestas representativas, es decir, por un trabajo sobre el vínculo representativo sustentado en una interpelación que excedió la comunidad religiosa de referencia y se extendió hacia otros públicos, en la búsqueda de ampliar sus bases de sustentación.

Bajo esta perspectiva, el nudo de la tesis se encuentra en el abordaje de dos formatos diferenciados de política cristiana. En primer lugar, una modalidad territorial desarrollada por las agrupaciones evangélicas que participan en competencias electorales en el Conurbano Bonaerense. El trabajo social llevado a cabo por líderes y pastores en los barrios habilitó su constitución como referentes locales y la articulación de reivindicaciones de demandas sociales con una propuesta de evangelización. Estas agrupaciones mantuvieron una afinidad simbólica, territorial y organizacional con el peronismo, que se potenció en el plano estratégico con la producción y reproducción de un imaginario en torno a la fuerza electoral evangélica.

En los casos de la participación del Movimiento Justicialista Cristiano en la arena electoral del partido de Hurlingham, y del grupo Cristianos en Acción y el Frente Unión por la Fe en las elecciones del municipio de Quilmes, la articulación de estos elementos se cristalizó en una apuesta representativa, donde se postuló al evangélico en política como el representante del “pueblo”: un colectivo caracterizado por su postergación social y que incluyó discursivamente no sólo a los fieles de las iglesias, sino también a los habitantes del barrio que participan de las redes de asistencia.

El segundo formato de política cristiana correspondió al itinerario político de la diputada Cynthia Hotton y  la formación de su espacio Valores para mi País.  A partir de un discurso anti-corrupción, y de una agenda legislativa centrada en la defensa de valores presentados como universales, la diputada apostó a posicionarse como la referente de la comunidad evangélica, pero también como la líder de un colectivo social más amplio, de orientación interconfesional y que adhiere a principios éticos situados más allá de los clivajes ideológicos.

Para robustecer su propuesta, la diputada ensayó diversas alianzas en el espacio político y religioso, entre las que se destacaron las intervenciones públicas con la federación ACIERA y con sectores católicos en los debates sobre  matrimonio homosexual y aborto, y los vínculos establecidos con figuras políticas opositoras. En ambos campos, la estrategia de posicionamiento de Hotton se sustentó en la multiplicación de sus apariciones mediáticas y en la codificación de la movilización religiosa como una fuerza cuantificable en términos electorales.

Las experiencias evangélicas en política se inscribieron al interior de una trama político- religiosa, integrada por los dirigentes de las federaciones evangélicas, referentes políticos y funcionarios. Las representaciones que informaron estas interacciones pusieron en escena las tensiones acerca de la cuestión representativa en el espacio evangélico y las dislocaciones entre mediaciones políticas antagónicas. También permitieron establecer cómo los supuestos referidos al poder de movilización y la gravitación del trabajo pastoral asistencial conformaron una cultura política que integró a las agencias religiosas al circuito de mediaciones con los sectores populares, al mismo tiempo que restringió su participación en esquemas de poder.

Los resultados negativos obtenidos por los grupos estudiados en las elecciones generales de 2011 visibilizaron el alcance limitado de sus apuestas representativas, en particular, su fallido propósito de dominar con éxito tanto el discurso religioso como las reglas formales e implícitas del espacio político. Estos desajustes fueron potenciados a su vez por la reactivación, en la última década, de matrices identitarias propiamente políticas, que erosionaron las proyecciones procedentes del campo religioso. El cierre de la tesis se concentra en remarcar el carácter polisémico de la identidad pública evangélica, su especificidad de cara a otras religiones públicas de mayor densidad histórica, y su contribución en el plano de los intercambios político-religiosos en el marco democrático.

 

Para citar este artículo: CEIL, "Apuestas representativas y estrategias políticas: los evangélicos y la esfera partidaria en el AMBA. 2001-2011", 9 junio, 2013, URL:http://www.ceil-conicet.gov.ar/2013/06/apuestas-representativas-y-estrategias-politicas-los-evangelicos-y-la-esfera-partidaria-en-el-amba-2001-2011/. Consultado: 19 abril, 2024