Desplazamiento y actualización de las redes sociales en el mundo del trabajo de los asalariados temporarios :: Mariela Blanco y Dora Jiménez

En los estudios sobre trabajo rural se encuentra una amplia bibliografía que utiliza el concepto de redes para analizar algunas particularidades del empleo rural. En general, son investigaciones que abordan la importancia de estos lazos sociales en relación a los procesos migratorios del trabajo rural. Estas redes se identifican como nexos de vital importancia en la unión del lugar de origen con lugar de destino de la mano de obra. A través de ellas se sustentan una serie de elementos como los lazos afectivos, de parentesco, diferentes canales de información, etcétera, que permiten conectar la oferta y demanda de estos mercados de trabajo específicos. Las redes aseguran ese movimiento y son parte constitutiva de los procesos migratorios. (Boyd: 1989; Benencia: 2007; García: 2005; Fazito: 2005).

Sin embargo, cuando se observa el mercado de trabajo de asalariados temporarios, vemos que las redes ocupan un lugar central en la conformación del ciclo anual de trabajo (con entradas y salidas del mercado laboral) como así también en aquellos otros espacios que, si bien no son exclusivos del ámbito laboral, se ponen en juego y en un mismo nivel de importancia cuando las posibilidades de inserción en el mercado de trabajo están ausentes. Por lo tanto, este concepto permite focalizar el estudio de relaciones sociales que tienen la particularidad de ser dinámicas, intermitentes y no estar necesariamente limitadas a un tiempo, una dirección y un espacio. En este sentido, el análisis desde el punto de vista de la red privilegia la mirada sobre las relaciones sociales más que sobre las características particulares de los individuos y de su posición en la sociedad en su conjunto.

Sobre la base de un trabajo de campo, realizado en una zona caracterizada por mercados laborales altamente informales, con marcada estacionalidad en las ocupaciones, con presencia de intermediarios, con gran rotación ocupacional y meses sin trabajo que obedecen a la índole de las producciones, observamos distintas redes ubicadas en cuatro dimensiones que nos ayudan a explicar las relaciones sociales desplegadas en el mundo del trabajo. Estas dimensiones son: a) redes para acceder al trabajo, b) redes en el trabajo, c) redes y otros recursos para “pasar el agosto” y d) la confianza como elemento integrador del mundo del trabajo.

A. Redes para acceder al trabajo

Este punto se corresponde con las cualidades que tienen las redes para facilitar el acceso a las fuentes de trabajo por parte de aquellos actores inmersos en ellas.

Independientemente de las características del contexto en que se encuentren estos lazos informales, la importancia que cobran al unir a aquellos que buscan trabajo con quienes lo pueden proveer los convierte en un elemento fundamental para analizar la relación entre el mundo del trabajo y los individuos.

En primer lugar, se puede observar que sirven como canales de circulación de información, de utilidad tanto para el trabajador como para el que da el trabajo, pues cualquiera de las dos partes puede ser emisor o receptor. Esta función de la red permite, para ciertos autores, abaratar el costo que representa, en una estructura formal, acercar la oferta y la demanda de trabajo (Requena Santos: 1991). Por otra parte, otros autores rescatan la importancia de los costos que implican mantener los contactos informales necesarios para acceder a la información (Douglas: 1990).

En segundo lugar, en el plano de intercambio de información, es importante observar el lugar que ocupan los individuos dentro de la red, la densidad de ésta y el tipo de lazo que se establece entre los puntos. Que éste sea fuerte o débil, consanguíneo o de amistad, permanente o esporádico o que una a actores ubicados lejos o cerca, determina las posibilidades de recibir información útil para lograr empleo.

B. Redes en el trabajo

En el proceso de trabajo las redes adquieren una fisonomía diferente que les es dada por la particularidad del espacio en que se desarrollan. Ese espacio es el del ámbito laboral y, por lo tanto, los puntos de la red están constituidos por determinados tipos de empleo u ocupaciones. Pero los vínculos de las redes se establecen o nutren de elementos presentes en otros lazos sociales, como los familiares o de amistad. Los diferentes puntos de la red, en general empleadores y empleados, ponen de manifiesto las diferencias de poder: así, las actualizaciones de lazos provenientes de otros ámbitos hacia el mundo del trabajo pueden obedecer a estrategias de los mejor colocados en la estructura social. (Cook: 2003)

Distinguimos dos tipos de redes: las de ayuda y las de trabajo familiar en conjunto. Las primeras se desarrollan entre el empleador y los trabajadores. El tipo de contenido es material y está presente la obligación de la retribución. Esta serie de prestaciones exige un mínimo de recurso afectivo, que Wolf denomina amistad instrumental. La carga afectiva permite sortear situaciones de desigualdad social (Wolf: 1980). El segundo tipo de red se actualiza siempre y cuando los patrones mínimos de reciprocidad funcionen al interior del hogar. Se trata del trabajo que realiza la familia en determinada tarea, por ejemplo la cosecha, donde las solidaridades se traducen en organización de las labores con el objetivo de obtener mayor ingreso. El vínculo de la relación laboral lo define el empleador con algún miembro pero la tarea es desarrollada por la familia en conjunto.

C. Redes y otros recursos para “pasar el agosto”

En este punto desarrollaremos las diferentes formas de ayuda que se presentan a través de las distintas redes, en aquellos momentos en que la falta de trabajo (a la que se pueden agregar problemas de salud, sucesos familiares o cualquier tipo de imprevisto) pone en peligro el nivel de subsistencia. La falta de trabajo suele ser total durante algunos meses del invierno (“pasar agosto”), pero también estas redes y recursos se movilizan en épocas donde el trabajo es escaso, que son aquellas en que los días que se permanece en casa son más que los que se encuentran ocupados.

En las ocasiones en que se pone en riesgo el equilibrio de la subsistencia surgen una serie de prácticas que permiten al individuo contar con cierta ayuda o compensación como para que este equilibrio no se rompa.

Surgen los lazos o redes que se desarrollan en distintos planos: familiares, de amistad o vecindad y laboral, que abarcan tanto a ex compañeros de trabajo como a ex patrones. En estos planos aparecen las prácticas de reciprocidad, que tienen diferentes exigencias según la relación que el individuo posee con los distintos niveles.

Se destaca que cuanto más segura es cada una de las opciones de reciprocidad, menos recursos posee. La ayuda de los parientes cercanos es la más confiable pero éstos se encuentran en la misma situación de carencia que el necesitado. Aquellos que poseen más recursos generalmente ocupan un lugar distanciado en la sociedad, de manera que no siempre se puede esperar su asistencia.

La obligación de devolución está presente. Con los familiares porque sus necesidades son semejantes y surgen en la misma época y, con aquellas personas ubicadas en situaciones sociales alejadas, porque la distancia de la relación no permite dilatar la retribución. (Sahlins: 1977)

D. La confianza como elemento integrador del mundo del trabajo

La idea de confianza sustenta el orden social. La relación de confianza se funda entre la acumulación de experiencias y las posibilidades a futuro en perspectiva de expectativas que se actualizan en el presente. Por lo tanto, toda relación social es acompañada por una carga de confianza (Luhmann: 2005). Los principales elementos de la confianza son las normas y el compromiso. Las normas comprenden las reglas formales de funcionamiento, como también las pautas no regladas que surgen de contextos culturales y simbólicos específicos pero no por eso menos efectivas (Cook: 2003). El tipo de norma más generalizado es el compromiso que se funda en acuerdos explícitos de reciprocidad (Balbi: 1995).

Por lo tanto, si bien esta relación se encuentra generalizada en todo el orden social, nos interesa observar los sentidos, contenidos y dinámicas que adquiere en el mundo del trabajo. Pone en juego las distintas normas (formales o informales) en función de las expectativas y compromisos de las relaciones laborales.

Para concluir, podemos destacar que el análisis de redes para el mercado de asalariados temporarios revela la presencia de interesantes canales de relación, de diferentes tipos, a través de los cuales se trasmite la información necesaria para acceder al trabajo o para permanecer en él. Estos mismos canales sirven para la circulación de bienes mediante los cuales se expresa la solidaridad, principalmente entre pares pero también entre actores lejanos socialmente. De esta manera resultan fructíferas para observar las relaciones que se van conformando entre las características de los grupos sociales y el funcionamiento intermitente del mercado laboral.

 

Bibliografía

Balbi, Fernando Alberto (1995). “Las paradojas de la regularidad. Algunas consideraciones en torno del papel de los intermediarios en el proceso productivo pesquero del área del Delta Entrerriano”, en Hugo Trinchero (editor): Producción Doméstica y Capital. Estudios desde la antropología económica. Editorial Biblos, Buenos Aires, pp 139-170.

Benencia, Roberto (2007). “Información y redes sociales en la conformación de mercados de trabajo”, V Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo, Hacia una nueva civilización del trabajo, Montevideo.

Boyd, Mónica (1989). Family and personal networks in internacional migration: recent developments and new agendas. International Migration Review, Vol. XXIII, Nº 3.

Cook, Karen S. (2003). La vinculación de actores y estructuras desde la perspectiva de las redes de intercambio. En: Félix Requena Santos (compilador), Análisis de redes sociales. Orígenes, teorías y aplicaciones. Centro de Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI de España Editores, Madrid, pp 478-497.

Douglas, Mary y Isherwood, Baron (1990). El mundo de los bienes. Hacia una antropología del consumo. Editorial Grijalbo, México.

Fazito Dimitri (2005). A configuracao estrutural dos arranjos familiares nos processos migratórios: a forca dos lacos fortes para a intermediacao, en Seminario As familias e as politicas publicas no Brasil, 21-22 novembro, ABEP, Belo Horizonte, Brasil.

García, Carlos (2005). Buscando trabajo: Social networkimg among immigrants from Mexico to the United States. Hispanic Journal of Behavioral Sciences, Vol. 27, Nº 1. Sage Publications.

Granovetter, Mark S. (2003). La fuerza de los lazos débiles. Revisión de la teoría reticular, en Félix Requena Santos (compilador): Análisis de redes sociales. Orígenes, teorías y aplicaciones. Centro de Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI de España Editores, Madrid, pp196-230.

Luhman, Niklas (2005). Confianza. Anthropos Editorial, Barcelona.

Requena Santos, Félix (1991). Redes sociales y mercado de trabajo. Elementos para una teoría del capital relacional. Centro de Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI de España Editores, Madrid.

Sahlins, Marshall (1977), Economía de la Edad de Piedra. Akal Editores, Madrid.

Wolf, Eric R. (1980). Relaciones de parentesco, de amistad y de patronazgo en las sociedades complejas, en Michael Banton (compilador) Antropología social de las sociedades complejas. Alianza Editorial, Madrid, pp. 19-39.